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10 septiembre 2011

Julio Elías Mayaudón || La Cuestión Criminal

Ahí está el detalle

Ante el problema de la criminalidad se plantean soluciones muy distintas a las fracasadas y viejas políticas criminales. El control social se debe democratizar, buscando formas alternas al llamado control formal, donde puedan participar víctimas y victimarios. La creación y desarrollo de grupos de seguridad vecinal, cumpliendo funciones de prevención comunitaria; la implementación de programas de manejo y control de la violencia, apoyados por las instituciones públicas y privadas de enseñanza; creación de organismos no formales de conciliación y de paz; la creación de las policías especializadas y localizadas hacia ciertos sectores de la comunidad. Hemos venido planteando desde hace muchos años la necesidad de especializar las policías en funciones propias dirigidas a mantener un alto nivel de seguridad ciudadana en determinados sectores de nuestra comunidad. En trabajos de investigación, alguno de los cuales hemos resumido en entregas a esta columna, nos referimos a una policía vecinal para barrios populares y urbanizaciones, al policía preventivo que nuestra ciudad requiere y recientemente estamos planteando la necesidad de una policía universitaria. Tomando bien en cuenta, sin embargo, que la función policial es tan solo una parcela en el gran terreno de la criminalidad.
Pero, ninguna de las soluciones aportadas podría funcionar sin un proceso de cambio que venga acompañado de una eficiente política oficial para controlar factores de riesgo: desarme, decriminalización de tenencias de estupefacientes para el consumo y la asistencia médica a los adictos, desarticulación del crimen organizado y cese del discurso violento oficial. Todo complementado por políticas públicas de educación, prestación de servicio, empleo y vivienda. AHÍ ESTÁ EL DETALLE.

El carabobeño