Yo soy

Yo soy

sábado, 10 de septiembre de 2011

Valencia, aunque El Carabobeño y todos lo oculten menos Frida añez en su blog, debe su crecimiento a Pérez Jiménez.

Pérez Jiménez, desarrollo sin libertades democráticas
JOSÉ FÉLIX DÍAZ BERMÚDEZ |  EL UNIVERSAL
martes 12 de abril de 2011  01:29 PM
El próximo 25 de abril, se cumplirán 97 años del nacimiento del ya fallecido ex presidente, Marcos Pérez Jiménez. Su vida representa la contradicción existente entre el hombre militar formado en la academia, capaz en lo organizativo y en el empeño realizador, y el hombre político, que irrumpió en contra del gobierno de Rómulo Gallegos, símbolo de la intelectualidad americana, del civilismo y de las convicciones democráticas, y el trágico destino de una Venezuela, cuyas confrontaciones y ambiciones políticas de entonces, contribuyeron a destruir la unidad nacional que exigía ese momento histórico, cuando se inauguraba en el siglo XX nuestra primera experiencia democrática producto de elecciones libres, universales, directas y secretas, luego del fin de la oprobiosa dictadura de Juan Vicente Gómez.

En su gobierno coexistió el impulso desarrollista del país y la represión a las manifestaciones disidentes; la existencia de orden y seguridad, a cambio de la vulneración de los derechos humanos y políticos de una sociedad en la que se organizaron partidos de distinto signo ideológico que integraron a mayoritarios sectores urbanos, campesinos, gremiales, estudiantiles y ciudadanos.

Cuando el dictador se dirigió entonces al Congreso Nacional, el 4 de noviembre de 1957, presentaba su obra gubernativa, en los siguientes términos:

"Se ha adelantado en vasta escala múltiples planes nacionales, entre los cuales cabe destacar los de Vialidad, Comunicaciones y Transportes; Sanitarios y Asistenciales; de Fomento Industrial, Agrícola y Pecuario; de Mejoramiento Urbano y Turismo; de Electrificación; de Incremento de la Enseñanza y Desarrollo de la Ciencia; de Vivienda, y de Reorganización y Dotación para las Fuerzas Armadas".

"Somos -afirmaba- el país que está desarrollando el mejor plan de vialidad en la América Latina..., y contamos con algunas obras especiales de vialidad que están en primer puesto en el mundo..."; "Somos el país que ocupa el primer lugar en la América Latina en organización sanitaria, y el segundo en el Continente, después de los Estados Unidos...; Somos el país de la América Latina con el mejor coeficiente de mortalidad general, el cual se equipara al de los Estados Unidos, Suiza y Suecia...; Somos el país que ocupa el primer lugar en la América Latina en incremento de la riqueza agrícola...; Somos el país que ocupa el primer lugar en la América Latina en el crecimiento y la modernización de las ciudades...".
Y de la misma manera resaltaba: "Somos el país que proporcionalmente a su población ocupa el primer lugar en el mundo en construcción de viviendas para la clase obrera...; Somos el país que ocupa el primer lugar en la América Latina en oportunidades de trabajo...;...la menor población penal en el Continente...;...el primer lugar en el mundo en la estabilidad de su moneda...".
Pero más allá de los aspectos materiales de su gobierno, logros que ya la historia reconoce, en contraste con ellos, señalaba el dictador como factores negativos de la vida venezolana la: "pugnacidad política" y la: "presencia en el poder de partidos cuya organización y fines no corresponden a un sano concepto político". En virtud de ello, cuestionó a los gobiernos del país instaurados entre los años 1945 y 1949, durante los cuales: "se hicieron intransitables las pocas y anticuadas vías de comunicación que existían...; el déficit de producción...que hubo que importar hasta los alimentos primarios para la población..."; el aumento de la: "delincuencia" y que se: "derrocharon más de cinco mil millones de bolívares, y..., no se ejecutó siquiera una obra de escasa importancia".
Encontrando en los errores de la democracia la justificación de su gobierno y del orden dictatorial que había impuesto, exhibía al país: "la obra efectuada" en contraste con lo que calificaba como el: "engaño de los demagogos"; "la presencia en el poder de partidos como los que actuaron últimamente..., porque ellos no conocen a fondo los problemas nacionales ni sus soluciones, no constituyen fuerza política y son factores de desunión".
Y concluía Pérez Jiménez su mensaje de aversión a los mecanismos democráticos manifestando que: "Los partidos son factores de desunión porque acostumbrados a agredir sistemáticamente, provocan de inmediato las naturales reacciones, generan la animosidad, destruyen la armonía..."; observando como inconveniente: "diferentes partidos tratando de conseguir cada uno para sí los votos de los electores, mediante discursos en donde las amenazas y la difamación se mezclan a promesas y ofertas de bienestar...; calles de ciudades y pueblos pintadas y empapeladas hasta la saciedad...; la población entregada a discusiones y al forcejeo mental o resignada a aceptar la gritería y el escándalo y, por si fuera poco, compelida a dar el voto o sea a tomar parte activa para que lleguen al poder los incapaces y gobiernen como tales".

Según el dictador, en la Venezuela de su época, no era factible la democracia y que en la sociedad pudiese entonces subsistir y desenvolverse, como expresión del ejercicio de las libertades políticas, el debate de ideas, la organización de movimientos y partidos, la discusión abierta de los asuntos públicos, el respeto al adversario, la eficacia y la eficiencia administrativa, la escogencia de propuestas y de alternativas, la satisfacción de las necesidades populares, como forma civilizada de existencia, que pudiese compatibilizar al mismo tiempo, el progreso material y la vigencia de los derechos de los ciudadanos.

No obstante esta disyuntiva, el país, prefirió dar término a su dictadura en la jornada cívica del 23 de enero de 1958, y abrir posibilidades diferentes a una necesaria vida democrática que, no obstante sus errores y dificultades, grandes aciertos tiene, grandes avances y desarrollos evidencia comparativamente con otros sistemas políticos y, que, en suma, constituye la modalidad que mejor afirma y asegura el destino político de la nación, fundada en los sagrados principios de la libertad y de la soberanía del pueblo, surgida en nuestras luchas y sacrificios republicanos, irrenunciables ya en nuestra historia, desde hace 200 años, cuando la patria resolvió ser independiente y surgir entre los pueblos de la tierra con dignidad y grandeza, respetando derechos y conviviendo en paz.

Biógrafo del Mariscal Sucre
diaz.bermudez@cantv.net

No hay comentarios:

Publicar un comentario