Yo soy

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lunes, 12 de septiembre de 2011

DE Celio CELLI, Saúl Ortega a Leandro Briceño

12 septiembre 2011

El color como arte y sanación

JENNY SÁNCHEZ PETIT

jsanchez@el-carabobeno.com

En la sala de su vivienda los colores saltan a recibir a quien llega, y es que Leandro Briceño, un maracucho que se vino a tierras vallealtinas, ha decidido traer un poco del colorido que abunda en su ciudad natal y que a partir del 17 de septiembre podrá ser disfrutada por los amantes del arte, pues ha decidido abrir una galería en Aguirre.

El niño

Leandro anda en los caminos del arte desde que era pequeño. Como reconocía en sí las aptitudes que tiene para hacer creaciones pictóricas, mientras estaba en la primaria se iba escondido de su madre a una escuela de arte que estaba ubicada en la avenida El Milagro, ésa que bordea el Lago de Maracaibo. De esa época recuerda que habían unos autobuses que recogían a los niños en sus escuelas y los llevaban a pasar una o dos mañanas a la semana, para que recibieran clases de diversas manifestaciones del arte. "Yo me iba escondido de "fresquetero" porque me gustaba. Estaba en tercer grado. Al salir de la primaria, me fui a la escuela Julio Árraga, dependiente de la Secretaría de Cultura del Zulia". Después que salió de la escuela se dedicó a otras cosas, más al teatro, a la danza. Su familia siempre le criticó y luchó para que saliera de ese ambiente, pues consideraban que los artistas, cualquiera fuera su rama, no ganaban dinero y que se morían de hambre.

Ha organizado y participado en diversas exposiciones. En la sala de la Sociedad Dramática de Maracaibo, en el vivero El Guacamayo, también de esa ciudad, en el Foro Social Mundial, en la Gran Sabana. Ha mostrado su cuadros cromáticos, sus atrapasueños místicos, mandalas, en fin, todo lo que de su intelecto y sus manos salen convertidos en arte. En la zona sus trabajos se pueden apreciar en el spa de Carolina Granadillo, en Valencia, donde hay una exposición de sus cuadros, en la posada Amarama, en la hacienda La Concepción, hay otros trabajos.

Por otros caminos

Después de eso se dedicó a trabajar en restaurantes, cocinaba y allí también imprimió su naturaleza artística. En esos momentos eran pocos los trabajos en pintura y dibujo que hacía. Sólo los confeccionaba para algunos amigos. Los Carruyo (los de Guaco) tienen muchos trabajos de él porque lo animaban a que se mantuviera en esa línea. Después de estar tiempo en los restaurantes un astrólogo le recomendó que dejara ese oficio y se dedicara enteramente al arte.

Tomar la decisión de hacer los cambios lo llevó a la ciudad de Mérida, lugar que él estimaba era el adecuado para meditar si hacía o no los cambios necesarios, porque no era fácil asumir vivir, única y exclusivamente, del arte. Siempre trabajó en decoraciones de casas, de fiestas, ahora de espacios, spa y posadas. "Desde un tiempo para acá me acepté como artista y rompí con todo lo que me habían dicho de niño. Hoy soy un artista consagrado, es por eso que me he dedicado más a tiempo completo a hacer el trabajo artístico. He laborado en las posadas, lo que me ha permitido relacionarme con los turistas, ir conociendo gente, la cual me contrataba para cambiar sus espacios".

Caravana Arco Iris para la Paz

Es un proyecto que surgió en México, integrado por artistas, historiadores, gente de la nueva era, ecologistas, antropólogos, la gente del Calendario Maya, sanadores, personas que hablaban del crecimiento, la autoestima, esas cosas que le permiten al hombre evolucionar, que recorrió Centroamérica hasta la Patagonia, llevando un mensaje de paz, de armonía. "El haberme sumado a esta iniciativa, cuando pasó por Venezuela, me ayudó a consagrarme como artista". Con ellos estuvo recorriendo el país por un año. Su labor era en el teatro, la danza. Fueron a comunidades indígenas, escuelas, hablando de la ecología, reeducando a la gente a través del arte. Se sumo en Maracaibo.

Herramienta para sanar

Leandro Briceño está convencido de que el arte es una herramienta útil para sanar. Quien tiene la mente ocupada en expresarse artísticamente, es un ser que se olvida de cosas mundanas y se dedica más a hacer visible lo que tienen en el alma, y eso ayuda a curar muchos males.

"A mí el color me ha ayudado mucho a sanar, a hacer introspección y sanación, por eso mi experiencia la quiero compartir con otras personas. No dejarla solamente para mí. Yo de pequeño hice exposiciones en Maracaibo, de máscaras, de pinturas, dibujos, no como artista consagrado, pero sí como alguien que estaba en la búsqueda de su camino. Después la gente comenzó a decir que le gustaba mi trabajo, porque le parecía muy urbano".

Una galería entre verdes

Entre las propuestas que tienen para estos valles Leandro Briceño es abrir, a partir del sábado 17 de este mes, una galería en la población de Aguirre, municipio Montalbán, donde vive, para exhibir sus piezas y de las personas que vayan a trabajar con él, porque la idea es que sea un lugar que sirva de talleres para la comunidad, con el objetivo de acercar a la gente de los alrededores al artes.

Leandro estima que el arte es el reflejo y desarrollo de cada pueblo, y en estas comunidades están bastante áridos en este sentido. Los jóvenes están dispersos y no se dedican a los estudios, de pronto le gusta crear. "Quiero hacer otras cosas como muebles, lo que tenga que ver con las artes manuales, tocar ese punto que está en estos momentos oculto, especialmente para los jóvenes. Un espacio donde se pueda ir a ver un documental, un musical, taller de pintura, meditación, relajación, no solamente por mí, sino por los amigos que están dispuestos. Todo lo que tenga que ver con el crecimiento de los seres humanos". Para llevar adelante el proyecto cuenta con el respaldo de muchos amigos, de gente de la zona.

Colorido

"Me dicen ‘El hijo del sol’, pues me he dado a conocer con mis trabajos de tejido. Son famosos la recreación de los atrapasueños que he venido haciendo. Este es un arte ancestral de los indios Dakotas del Norte, pero además está el tejido de wale’kerü, la araña sagrada de los indígenas guajiros, que les enseñó a tejer. que los tejidos de los guajiros".

"El color está dentro de mí. En todas mis cosas está el sol. En un concurso en el Táchira gané con un sol que llevaba mi firma. Es por mi esencia maracucha que es muy colorida. Observo los colores y es parte de mi sanación.

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