Yo soy

Yo soy

miércoles, 24 de agosto de 2011

O sea los sustitutos de los negros esclavos que no son gente somos los presos del Rodeo en pleno S.XXI que nos maltratan, ven como apestosos y muelen a palo, oyó Iris Varela que está luchando por la Gobernación de Táchira y nos echó al olvido

RESISTENCIA Y EMANCIPACIÓN

                   REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA
                           Aldea Universitaria José Antonio Rangel
                              8º Semestre de Comunicación Social







      RESISTENCIA
                Y
    EMANCIPACIÓN
               
                 Desde las primeras rebeliones hasta Carabobo 1821,
                                          una aproximación.









Cátedra a cargo de Willy Patiño
               facilitador
                                                                             
                                                                                Digna Valero
                                                                                C.I. 8045673

Fundamentos del proceso independentista

                          Al ser un proceso tan largo, complejo y amplio, el proceso emancipador está lleno de particularidades, en muchos casos con causas diferentes. Las causas se suelen dividir en internas y externas. Las causas internas son las que se produjeron dentro de las colonias hispanoamericanas y las externas son las que se produjeron en España y países del exterior

Causas internas
                          
1)         El deseo de los criollos de independizarse, es por que querían tener poder político y mayor libertad económica para poder desarrollar libremente sus actividades económicas y administrar los activos y pasivos de las colonias. También querían la independencia para cambiar un sistema colonial que consideraban injusto al estar excluidos de la política y de las decisiones económicas, y encontrarse, en los casos de las castas, explotados.
2)         Las enseñanzas impartidas por las universidades, las academias literarias y las sociedades económicas, difundían los ideales liberales y revolucionarios (propios de la Ilustración) contrarios a la actuación de España en sus colonias y que tuvieron gran influencia en los líderes revolucionarios, tales como el principio de soberanía nacional, el contrato social de Rousseau y los derechos individuales. Las ideas liberales difundidas en América, y por todo el mundo gracias a la ilustración.
3)         Los encuentros de los máximos dirigentes hispanoamericanos de la revolución en el exterior y la participación de algunos de ellos en las revoluciones liberales europeas (Miranda) así como sus contactos con los gobiernos exteriores.

Causas externas

1)         El fundamento español de la revolución independentista hispanoamericana está en la pérdida del estatus especial de los reinos castellanos de Indias como patrimonio de la monarquía española en América, que se consideraba disminuir o desaparecer.
2)         El vacío de gobierno en España causado sucesivamente por Napoleón y el constitucionalismo español, abrió la oportunidad para que la clase dominante hispanoamericana, formada por criollos europeos, dieran impulso, y sostuvieran el movimiento, y la guerra por la independencia como medio definitivo de conservar y mejorar su estatus, disminuido o en riesgo de perderse, cambiando la estructura social americana (eliminación de mayorazgos, etc.).
3)         La debilidad de España y Portugal durante este periodo, que habían perdido su protagonismo en Europa. Esto quedó todavía más claro cuando Napoleón invadió la Península Ibérica.
4)         La Revolución francesa o la Independencia de los Estados Unidos de América actuaron mas como patrón que como causa directa.  El ejemplo de Estados Unidos de América, que se había independizado de Inglaterra (aunque aún distaba mucho de haberse convertido en una potencia mundial, como ocurrió un siglo más tarde), así como el ejemplo de Francia, cuya revolución proclamó la igualdad de todas las personas, y sus derechos fundamentales, cosas que los indígenas y en menor medida los criollos no poseían con respecto a los peninsulares.
5)         El apoyo con el que contaban por parte de Gran Bretaña y Estados Unidos, interesados en que las colonias se independizaran para poder comerciar libremente con Ibero América, que les proporcionaban apoyo material exterior y fuentes de financiación necesarias para sus proyectos independentistas. Pero…comenzamos desde el inicio.

RESISTENCIA INDÌGENA

                                   La vida en los pueblos de la colonia era cada vez más insoportable para los naturales del país. Los cargos públicos, con una que otra excepción, estaban monopolizados por los españoles. Todas las riquezas que se extraían de las minas y trabajadas por los nativos y esclavos, eran conducidas a la metrópoli, quedando su producto como beneficio para el tesoro español y para los aventureros que habían cruzado los mares en busca de riquezas en el nuevo mundo. Los corregidores españoles se confabulaban con los curas y gobernadores, para oprimir a los indígenas y a los negros encarcelándolos, torturándolos y violando a las mujeres que no tenían ningún derecho ya que eran esclavas. Por estas causas muchos huyen hacia otras tierras, otros se sacrifican junto a su familia o quiebran los brazos y piernas de sus hijos para que no sean usados como esclavos.

                                   Sin embargo, la resistencia al europeo fue una constante del largo período colonial. A medida que los invasores avanzaban e intentaban dominar los extensos territorios americanos, se enfrentaron a muchos pueblos que les opusieron una tenaz lucha. El rechazo se manifestó de diversas maneras, abarcando desde la simple resistencia pasiva incorporada al quehacer diario, hasta la rebelión armada y generalizada. En muchas zonas conquistadas por el español, los nativos continuaron con sus viejos ritos y creencias, desafiando a la autoridad que intentaba imponer su religión. Estallidos locales y motines de variada intensidad conmovían de tanto en tanto a todas las provincias de la América colonial. Por último, en importantes regiones alejadas de los grandes núcleos urbanos, la guerra permanente caracterizó las relaciones hispano-indígenas.
                                    Las sublevaciones del siglo XVI, XVII y XVIII se deben comprender en el contexto del proceso de conquista. En la mayoría de ellas predominó la violencia con todos sus excesos y se producen por diversas motivaciones que se pueden englobar en la imposición de un sistema económico y social que había quebrado las antiguas estructuras nativas. La resistencia germina cuando el aborigen decide rechazar dichas imposiciones por la fuerza de las armas.

                                    El pesado servicio personal, la mita, la encomienda, instituciones laborales donde el indígena recibía escasos beneficios tras grandes esfuerzos, provocaron insatisfacciones. Si a ellas le sumamos el trauma de la conquista y la aparición de líderes que ensalzaban el milenarismo, podemos entender el estallido de numerosos motines de carácter local y de grandes rebeliones de mayor alcance. También hubo convulsiones producto de la ubicación del nativo en la pirámide social. La sociedad estamental colonial relegaba al aborigen a uno de los estamentos más bajos, existiendo escasas posibilidades de integración en la sociedad liderada por el estrato hispano criollo. Los motines urbanos, con participación de mestizos y castas, estallaban precisamente por estas desigualdades.
                                    
                                    En cuanto a los negros que sobrevivían a la travesía desde el continente africano al americano, una de las primeras explotaciones que sufrieron fue a propósito de la llamada pesca de perlas. Y cada vez que los negros descendían obligados en el agua por el afán de lucro de España, también se alimentaba su espíritu rebelde.

“Los negros sufrieron las tremendas penalidades de la pesca de perlas mientras ésta fue                                              una actividad floreciente. Los más terribles esfuerzos se exigían a los buzos, quienes a veces ‘reventaban’ y los dueños simplemente los sustituían”, expresa Miguel Acosta Saignes en su libro Vida de los esclavos negros en Venezuela. “Los echaban al mar, una y otra vez, para que se sumergieran en las profundidades a excavar entre la arena y extraer las codiciadas ostras perlíferas. Venían de algún lugar de África, y sus pulmones se agotaban cada vez que eran obligados a descender al fondo marino”.

“En 1603 se sublevan los negros en las rancherías de perlas en la Isla de Margarita que desde los comienzos de la conquista se transformó en uno de los centros más importantes de esclavización, en razón de la necesidad de mano de obra para la extracción de perlas”, expresa el historiador Federico Brito Figueroa, en su libro Insurrecciones de los esclavos negros en la sociedad colonial venezolana. Las rebeliones se repitieron en otras rancherías de perlas, en las minas, en las haciendas cacaoteras, cafetaleras, azucareras, y también se hicieron presentes otros actos insurgentes que rompían con el orden simbólico impuesto por los europeos y por su estructura de jerarquías sociales excluyente y racista.

“El proceso de rebeliones, de insurrecciones, insumisiones en contra del sistema opresivo que además era el sistema capitalismo en ciernes, incipiente, que está allí en 1498, y es contra ese sistema que empiezan a insurgir los pueblos indígenas y los pueblos africanos sometidos a condiciones de esclavitud durante el siglo XVI, XVII y durante el siglo XVIII”, expresó. Además, refirió que hay una intención de emancipación siempre que hay una intención de imposición de sistemas opresión que limitan, coartan y suprimen la libertad.

“Cualquier negro que tomase a brazos y alzare mano para dar a algún cristiano le sean dados cien azotes y le corten la mano derecha”, así rezaba una de las ordenanzas de Nueva Cádiz alrededor del año 1537, que también se contemplaban castigos como mutilaciones de pies, castraciones y hasta la muerte.”

                                  Por encima de todas estas posibles causas, la independencia americana se vio favorecida por la coyuntura política, bélica e ideológica por la que atravesó España. La supresión de la dinastía de Borbón y la invasión de la península Ibérica por las tropas de Napoleón I Bonaparte, que dieron origen a la guerra de la Independencia española (1808-1814), posibilitaron la aparición de juntas que se constituyeron en las principales ciudades americanas. Las juntas empezaron, en general, reconociendo la autoridad real en la persona de Fernando VII, pero propiciaron el comienzo del proceso independentista. Para los españoles dominar la insurrección era cuestión de vida o muerte. Si vencían los rebeldes, acababa el poderío de España no solo en las colonias americanas, sino en todo el imperio, en cuyos dominios nunca se ponía el sol. Para los indígenas la sublevación constituía la recuperación de su libertad, territorio y riquezas o su definitiva claudicación ante el poderío de los blancos, de esa otra raza que había venido allende los mares para hacerse dueña de sus riquezas y de derribar su cultura milenaria.


La Real Compañía Guipuzcoana.

                                   Uno de los hechos más importantes que incidieron y provocaron el 19 de abril de 1810 fue la llegada a Venezuela de la Compañía Guipuzcoana. A comienzos del siglo XVIII, existieron algunas compañías que intervinieron en el comercio de las colonias españolas, como fue el caso de la Real Compañía de Guinea, empresa comercial de origen francés que vendía esclavos; y la Compañía de Asiento Inglés, que igualmente debía encargarse del abastecimiento de esclavos. Estas empresas aprovecharon el asiento para contrabandear, lo cual perjudicó en gran medida los intereses económicos del gobierno metropolitano y del rey de España. En consecuencia, el comercio ilegal aumentó en forma alarmante, y fue necesario combatirlo.

                                    Estas circunstancias dieron paso a la creación de la Real Compañía Guipuzcoana. Ésta fue constituida el 25 de septiembre de 1728, en virtud de una real cédula que expidió el rey Felipe V, para que existiera un comercio recíproco y exclusivo entre España y la provincia de Venezuela. Operó desde 1730 hasta 1785, y tuvo gran influencia en el desarrollo económico, social y político de la colonia. Trabajó a base de acciones pertenecientes a capitalistas vascos, principalmente de la provincia de Guipúzcoa en el norte de España. El contrato contemplaba que la empresa tendría el monopolio comercial con la provincia de Venezuela. Así, era la única que podía vender toda clase de mercancías importadas; e igualmente sólo ésta podía comprar los productos y llevarlos a España. Luego de abastecida la provincia de Venezuela, la compañía podía comerciar con las provincias de Cumaná, Margarita y Trinidad. Estaba facultada para llegar indistintamente a los puertos de La Guaira o Puerto Cabello, pero en España debía partir de Guipúzcoa y de regreso atracar en Cádiz.

                                     Por otra parte, la Guipuzcoana debía vigilar las costas y perseguir el contrabando, desde las bocas del Orinoco hasta Río Hacha. Al menos uno de sus barcos debía recorrer continuamente el litoral. Además, estaban autorizados para apresar las naves contrabandistas y confiscar sus mercancías. En estos casos, les correspondería dos tercios de la venta. El Rey le garantizó a la Compañía Guipuzcoana que ninguna otra persona o empresa recibiría permiso para intervenir en este comercio. No obstante, el contrato contó hasta 1742, con una cláusula que le reservaba a la corona española el derecho a hacer concesiones similares a otras corporaciones. E1 15 de julio de 1730, zarparon del Puerto de Pasajes (Puerto de San Sebastián-Guipúzcoa) las tres primeras naves, con 86 cañones y 561 tripulantes. Llegaron a Puerto Cabello el 4 de septiembre.

                                       El establecimiento de esta compañía significó un cambio profundo en el sistema de comercio tradicional de la provincia de Venezuela. Pues al tener monopolio del comercio entre España y la provincia, controlaba los precios de los bienes y los fijaba a su conveniencia, en perjuicio de los consumidores y de los productores locales. En suma, la Guipuzcoana estaba en condiciones de castigar cualquier violación. A raíz de esto, diversos sectores de la población (hacendados, comerciantes, contrabandistas y campesinos) rechazaron la permanencia de la empresa en tierras venezolanas. En un inicio la oposición fue legal y pacífica; pero después se tornó violenta. Entre los movimientos que tuvieron lugar en contra de la Compañía Guipuzcoana, el más importante fue el liderado por Juan Francisco de León de 1749 a 1751.

                                       Esta insurrección obtuvo grandes logros ya que consiguió que el Rey de España acogiera las acusaciones en contra de la empresa y tomara medidas al respecto. Entonces, se creó una Junta Reguladora de Precios, formada por el gobernador, como árbitro, un diputado del Cabildo y un representante de la Compañía. Inmediatamente, se vio un alza considerable en los precios, que alcanzaba hasta un 80%. Además, se les cedió a los hacendados y cosecheros un sexto de la capacidad de los barcos de la empresa para que remitieran por su cuenta productos a España. Y se les permitió adquirir acciones de la compañía, con lo que comenzaron a percibir beneficios de ésta.

                                       Con el establecimiento en 1776 de la Intendencia del Ejército y Real Hacienda, la Compañía Guipuzcoana fue sometida a controles más rígidos y se le redujeron sus privilegios. En 1779, la guerra con Gran Bretaña le impidió cumplir con sus compromisos con España y la provincia de Venezuela. Así fue como el 10 de marzo de 1785, por una real cédula, se ordenó su disolución.

19 DE ABRIL DE 1810

                                        Los sucesos del 19 de abril de 1810 fue un movimiento revolucionario y popular ocurrido en la ciudad de Caracas el jueves 19 de abril de 1810, iniciando con ello la lucha por la Independencia de Venezuela. El movimiento se originó por el rechazo de los caraqueños al nuevo gobernador Vicente Emparan quien había sido nombrado por el rey José I de España tras la invasión napoleónica.

                                         El 2 de mayo de 1810 se instaló el primer Congreso de Venezuela, donde estuvieron representadas las siete provincias que apoyaron el proceso. Este Congreso debatió las posibilidades y se decantó, no sin disputas fuertes, por declarar la independencia. Con este acto se oficializó la Primera República, y se inició la Guerra de Independencia. Con la firma de la declaración de la independencia, en 1811, Venezuela será el primer país de Ibero América que declara la independencia y el Tercero del Continente Americano después de Los Estados Unidos y Haití.


Motivaciones

                                          La independencia de Venezuela fue el proceso emancipador desarrollado entre 1810 y 1821 para romper los lazos coloniales que existían entre ese territorio y el Imperio español. Este proceso se unió y extendió al llevado a cabo en otros países de América, que alcanzaron también su independencia. Entre los factores más influyentes se suele destacar el deseo de poder de los grupos criollos que poseían el estatus social y económico pero no político, la introducción de las ideas del Enciclopedismo, la Ilustración y la declaración de Independencia de los Estados Unidos, la Revolución francesa y el reinado de José I de España.

                                          También la conspiración de Gual y España en 1797 y la expedición libertadora del Generalísimo Francisco de Miranda en 1806, ambos proyectos revolucionarios con base en lo igualitario, republicano y democrático, con proyección hacia el resto del continente. Sin embargo, la conspiración se descubrió antes de que llegase a estallar, los revolucionarios españoles lograron huir y se refugiaron en las Antillas; Manuel Gual fue a Trinidad, donde murió y, José María España, quien había huido y regresado, fue apresado y ejecutado en la plaza mayor de Caracas en 1799. El sistema de castas, que recayó también en Miranda, pretendía imponer en las colonias un orden basado en la desigualdad étnica de las personas, en la práctica, se formó una sociedad caracterizada por una gran separación de la nobleza blanca de europeos (sometidos a los Estatutos de limpieza de sangre) y de criollos, que conformaban una minoría de potentados cada vez más exclusiva, derivando, a partir de un sistema de castas para concluir en una aristocracia colonial.
                                        
                                          El 19 de abril de 1810, después de la invasión napoleónica en España, los miembros del Cabildo de Caracas desconocen al entonces Capitán General de Venezuela, Vicente Emparan. Se aduce que actúan en nombre de Fernando VII, rey depuesto de España, y en desobediencia de José I Bonaparte. Se establece una Junta de Gobierno (Junta Conservadora de los Derechos de Fernando VII) que toma varias iniciativas como establecer juntas similares en las provincias de Cumaná, Margarita, Barinas, Barcelona, Trujillo y Mérida y enviar delegaciones diplomáticas a los países que podían apoyar la insurrección: el Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda, Estados Unidos y Nueva Granada.

                                          Hay que recordar también que la emancipación de los territorios de ultramar español, tenía sus defensores en la península misma, tal como José Abalos que presenta el 24 de septiembre de 1781 un esbozo de un plan de independencia. En ella hace una crítica del gobierno y señala "el espíritu de la independencia", "el vehemente deseo de la independencia" que reina en todas partes de América. Señala que "La verdadera riqueza de un estado son los hombres" y creía que había que dejar que se formasen naciones propias en Hispanoamérica que "a la verdad no está hoy poblada" mientras que España se había convertido en mero tributario de riquezas para pagar "fábricas e industria" de los países vecinos de Europa.

                                          Según Abalos la independencia era inevitable, y tan solo proponía que se realizara pacíficamente, dentro del sistema. Su proposición llegó al rey de la mano de José Gálvez, secretario de Indias. Debió conocerla el Conde de Aranda, político y militar con otro proyecto "reservado" de independencia que presentó al rey "después de haber hecho el tratado de Paz ajustado en París el año de 1783", que propone también la independencia de los dominios americanos de España, dotándolas de estructura propia, convirtiéndolas en estados, como monarquías independientes. Se basa también en las razones de Abalos y otros, pero señala especialmente la amenaza potencial de las trece colonias:

"Esta república federativa ha nacido, digámoslo así, pigmea, porque la han formado y dado el ser dos potencias como son España y Francia, auxiliándola con sus fuerzas para hacerla independiente. Mañana será gigante, conforme vaya consolidando su constitución y después un coloso irresistible en aquellas regiones. En este estado se olvidará de los beneficios que ha recibido de ambas potencias y no pensará mas que en su engrandecimiento." Bajo esta premisa la propuesta de Aranda era:
                                           "Que V.M, se desprenda de todas las posesiones del continente de América, quedándose únicamente con las islas de Cuba y Puerto Rico en la parte septentrional y algunas que más convengan en la meridional, con el fin de que aquellas sirvan de escala o depósito para el comercio español. Para verificarse este vasto pensamiento de un modo conveniente a la España se deben colocar tres infantes en América: el uno rey de México, el otro del Perú y el otro de lo restante de Tierra Firme, tomado V.M. el título de Emperador". Colonias al fin…

Batalla de Carabobo

                                            La Batalla de Carabobo fue un combate entre los ejércitos de la Gran Colombia dirigidos por Simón Bolívar y el del Reino de España dirigidos por el mariscal Miguel de la Torre, ocurrido el 24 de junio de 1821 en la Sabana de Carabobo. La batalla se saldó como una decisiva victoria que resultó crucial para la liberación de Caracas y el resto del territorio que aun permanecía en poder de los realistas, hecho que se logrará de manera definitiva en 1823 con la Batalla naval del Lago de Maracaibo y la toma del Castillo San Felipe de Puerto Cabello.

                                            El 24 de junio de 1821, en la Sabana de Carabobo, el ejército libertador, bajo el mando del General en Jefe Simón Bolívar, selló su compromiso con la nación venezolana. En ese día se consolida la independencia y se confirma el nacimiento político de la patria. El primer grito del 19 de abril de 1810 y el acta constituyente del 05 de julio de 1811, fueron honrados en aquella espléndida victoria. La Batalla de Carabobo constituye uno de los eventos más importantes de la historia venezolana puesto que, gracias a ella, se dio inicio al camino republicano del país. Carabobo no fue sólo una batalla sino, ante todo, una campaña expresión de unidad, estrategia y organización.

                                           Tras la Batalla de Carabobo, el 24 de junio de 1821, que dio oficialmente la independencia de Venezuela, y luego de la liberación de Caracas, Cartagena de Indias, Popayán y Santa Marta, el 18 de julio se reanudó con mayor ímpetu los trabajos de constitucionales en Cúcuta para incluir las regiones recién emancipadas. El 24 de mayo de 1822 Quito sella su independencia en la Batalla de Pichincha y el 9 de diciembre de 1824 se sella la de Perú y Bolivia en la Batalla de Ayacucho. Perú y Bolivia nunca llegaron a formar parte de la Gran Colombia pero comparten con Colombia, Ecuador y Venezuela el título de Países Bolivarianos por haber sido repúblicas liberadas por Simón Bolívar quien mereció el título de Libertador y ser considerado el primer presidente oficial de cada una de ellas. La independencia de Venezuela fue finalmente reconocida por España y firmada en un tratado de paz y amistad el 30 de marzo de 1845, por los gobiernos de la reina Isabel II de España y el presidente Carlos Soublette.

Conclusiones

La independencia política de América Latina tenía en todos los rincones del continente un carácter y una forma que la identificaban plenamente: el idioma como elemento unificador, el comportamiento social, los modos de conducta, la madurez de los objetivos, la iniciativa y el espíritu popular y las coincidencias de ideas. En los pueblos latinoamericanos, casi de manera unánime, había un deseo incontenible de independencia, de desarrollo, de evolución, y una arraigada vocación de sacrificio por la libertad. La independencia de América Latina fue una revolución de ideas, sin cuyo carácter y formas que la identificaban Bolívar no habría podido desarrollar sus proyectos. Esos factores, fundamentalmente la iniciativa y el espíritu popular y la coincidencia de ideales, fueron los motivos de acción del Libertador. En ese contexto-y fue uno de sus grandes meritos-elaboró su concepto de unidad de los pueblos de nuestro continente.

Bolívar también vio poderosas razones políticas para buscar la unión de nuestra América, y el hecho fue uno de los motivo para que propugnara la gran patria latinoamericana donde antes imperaba el colonialismo español. Después de la fase de la independencia, las elites locales asumieron el poder político como herederos de la autoridad colonial y no como instrumentos de transformación de las estructuras internas.

La ruptura de esa línea de pensamiento se inicio con algunos intelectuales del "subcontinente" que defendían la necesidad de enfatizar los caracteres nacionales del continente, especialmente contra el imperialismo europeo y más tarde, del norteamericano en la región. Las ideas liberales de la integración continental de Simón Bolívar en 1820, por ejemplo, no logró resultados concretos, pero contribuyó para una formación simbólica de una identidad subcontinental.

El pensamiento vivo de Bolívar descansa en la conciencia de los pueblos latinoamericanos que han decidido dar batalla a los intereses coloniales, desde la España colonizadora hasta las cadenas opresoras de Estados Unidos. Bolívar es, por ello (como lo fueron muchos de los liberadores nacionales y caudillos populares de América Latina a lo largo de nuestra historia), uno de los precursores más importantes del pensamiento latinoamericano e impulsor del antiimperialismo. Bolívar es un hombre que expresa las realidades de los sectores que han sido esclavizados por los sucesivos colonialismos, de aquellos pueblos y naciones que representan la esencia de la liberación latinoamericana. Hoy, después de 200 años se reivindica la misma lucha de Bolívar. En “nuestra América” sigue vigente el colonialismo: Las oligarquías criollas y las burguesías dependientes terminan traicionando los intereses nacionales y por paralizar las posibilidades de desarrollos políticos y económicos independientes, en defensa de los intereses foráneos, coloniales, imperialistas. A estos grupos dominantes se les enfrenta otra vez el fantasma del ideal bolivariano y el nacimiento de nuevos procesos de liberación nacional, el fantasma del socialismo que en el siglo XXI se trasladó a esta parte del mundo que, esta vez, encarna los fundamentos más originales del marxismo, el latino americanismo y el nacionalismo como parte de una sola identidad.

En una reflexión determinante de su visión sobre América Latina nos dice: “Tengamos presente que nuestro pueblo no es el europeo ni el americano del Norte; más bien es un compuesto de África y América que una emanación de Europa…” (Bolívar: Congreso de Angostura, 1819). O como afirmara en su Carta de Jamaica, en 1817: “Nosotros somos un pequeño género humano… No somos indios ni europeos, sino una especie intermedia entre los legítimos propietarios del país y los usurpadores españoles: en suma, siendo nosotros americanos por nacimiento y nuestros derechos los de Europa, tenemos que disputar éstos a los del país y que mantenernos en él contra la invasión de los invasores”.

Entre 1809 y 1811 las Juntas Revolucionarias proclamaron la separación de las colonias hispanoamericanas de su Metrópoli. Ante la reacción de España, la independencia tuvo que ser defendida en los campos de batalla hasta 1824 con la victoria de Ayacucho. Pues bien, durante todo ese tiempo, las repúblicas ya constituidas pretendieron establecer relaciones con Estados Unidos. La respuesta que dio el país del Norte estuvo expresa en la Resolución que aprobó el Congreso: “Se mira con amistoso interés el establecimiento de soberanías independientes por las provincias hispánicas de América… y que cuando esas provincias hayas logrado la condición de Naciones, el Senado y la Cámara de representantes se unirán al Ejecutivo para establecer con ellas, aquellas relaciones amistosas y comerciales”. O sea, los revolucionarios de Hispanoamérica enfrentarían solos el poderío español y cuando hubieran alcanzado la independencia, los Estados Unidos concurrirían entonces a exigirles lo que debía corresponderles. La “neutralidad”, el “reconocimiento” y la “cláusula de Nación más favorecida” fueron instrumentos de la política exterior de Estados Unidos para presionar a las Naciones de Hispanoamérica. Durante 1819 y 1820 Estados Unidos no reconoce el Gobierno revolucionario de Venezuela a pesar de ya haber presentado un proyecto de constitución.

Bolívar vislumbra así el imperialismo norteamericano. Tiene conciencia clara de que la unidad de Hispanoamérica cerraba el camino a la hegemonía de los Estados Unidos y que la desintegración le favorecía. Desde época bien temprana los Estados Unidos obstaculizaron el proyecto integrador e independentista que alimentaba Bolívar. En este sentido, fue Bolívar el primero en comprender que el desarrollo de los Estados Unidos los conduciría a expandirse por todo el continente y, por lo tanto, era indispensable crear una fuerza que contrarrestara esa expansión “unir en un haz de pueblos libres a aquellos cuyos intereses históricos, sociales y económicos fueran verdaderamente comunes”. Pero una Hispanoamérica parcelada en un grupo de Estados que lucharon entre sí (balcanización) era el marco perfecto para los expansionistas yanquis que se proponían suplantar a España. A esos propósitos se sumaron los mantuanos de Venezuela, los pelucones de Chile, los plutócratas de Nueva Granada, los mercaderes de Buenos Aires, etc. Es aquí, donde chocaban los intereses que defendía Bolívar y los intereses que defendían las clases criollas económicamente dominantes. Evidentemente que el imperialismo no podía sobrevivir a su expansión sin el consentimiento de las oligarquías locales de Latinoamérica y sin esa comunidad de intereses que forman estos sectores dominantes y retrógrados.

Como mejor podemos comprender los esfuerzos del Libertador por forjar esa gran Nación que se libraba de los peligros del imperialismo es leyendo y estudiando el pensamiento de Bolívar, a través de algunas ejemplificaciones sobre los variados sentidos que daría a América, muy especialmente, en esos momentos de inmediata diferenciación: independencia de España y resistencia hacia la política expansionista de Estados Unidos. Desde 1815 (carta de Jamaica) hasta 1830 (año de su muerte) Bolívar no deja de formular severas críticas a los Estados Unidos por su política de simples espectadores, de fingida neutralidad frente al esfuerzos que llevan a cabo los pueblos de Hispanoamérica en su afán por liberarse del yugo español. Los califica de “egoístas”, “los peores”, “capaces de vender a Colombia por un real”. Bolívar fue por lo tanto, el precursor del pensamiento antiimperialista hispanoamericano, porque el preimperialismo fue el germen del actual imperialismo de la era monopolista. Pero no sólo en cuanto a su visión y sus reflexión propia plasmada en sus escritos, proclamas y discursos, sino también, y fundamentalmente, en su liberación y en su lucha por la independencia y la integración de Latinoamérica.

“Ante una crisis que destruye parte de las estructuras dominantes del imperialismo en América Latina, donde la explotación de los países centrales y de los sucesivos imperialismos sobre los países latinoamericanos han procurado quebrantar la unidad de los nuevos proyectos políticos, la ideología política de los grandes libertadores de la independencia vuelve a surgir desde lo profundo de nuestra historia, entre ellos, Bolívar. El pensamiento práctico de uno de los más grandes independentistas de nuestros pueblos, no es más que la expresión de nuestra América criolla para generar movimientos nacionales y latinoamericanos propios. El pensamiento y la acción práctica de Bolívar tiene sus particularidades que no pueden ser calificadas como meras prolongaciones de la convulsionada Europa. Es decir, tiene sus originalidades propias de un luchador inserto en un proceso revolucionario distinto a los ocurridos en el viejo continente, pues, la América meridional encarna formas de liberación que obedecen a su sometimiento como región subordinada a los intereses del imperialismo.

No es Bolívar entonces un hombre de la Europa moderna, ni un intelectual práctico de la nueva institucionalidad americana. Es más bien un “revoltoso” luchador que se proyecta en los sectores populares para liberar a América de todo colonialismo. Por ello, es imprescindible conocer y estudiar las diferentes etapas en que va madurando el pensamiento de Bolívar hasta su muerte. Su proyección central es: “la unidad latinoamericana” y el nacimiento de la “patria anticolonialista”. Hoy, la necesidad por una segunda independencia latinoamericana se traduce en la unidad latinoamericana y en el desarrollo soberano de los países oprimidos de América, algo que desde la ideología bolivariana se desprende claramente.”

La América Criolla, desprendida de España en las guerras de la Independencia, fue “balcanizada” por las potencias anglosajonas. Cada latinoamericano supone pertenecer a una nación. Pero en realidad se trata de naciones no viables. El imperialismo triunfará en la cabeza de los latinoamericanos, sean de derecha o de izquierda, en tanto los latinoamericanos conciban todas las fórmulas de redención, aún las mas atrevidas, excepto unirse en Nación o Confederación de Estados como aspiraba Bolívar.

Toda tarea que persiga forjar desde el “socialismo” o desde las enseñanzas del marxismo en tanto ciencia histórica y revolucionaria, no puede ignorar la tradición de Bolívar ni los caudillos populares de los movimientos nacionales.  Es preciso asumir plenamente nuestro glorioso pasado de lucha. Es necesario redescubrir a nuestros héroes propios y elaborar desde aquí una perspectiva revolucionaria para todos los latinoamericanos.

Bibliografía:
      1)   Acosta Saignes, Vida de los Esclavos negros en Venezuela, 1984
2)   Bate Luis, Cultura, Clases y la cuestión étnico-nacional, 1988
3)   Britto García Luis, En torno a la cultura, 1999
4)      Chomsky Noam, Hegemonía o supervivencia, 2004
5)      Heller Agnes, Historia y vida cotidiana, 1985
                                                                                                                 Digna Valero
                                                                                             C.I.8045673

Dios mio perdonalos de verdad hay una gran falta de misericordia El odio genera Odio la miseria Genera miseria ahora si enseñaramos con rectitud en vez de venganza creo q estas guerras sociales acabarian no se ve la diferencia entre el malandro y el policia creo que todavia no hemos aprendido es triste ver como cada vez estamos mas lejos de un sistema judial correcto creo q cualquiera tiene derecho a ser perdonado no es mejor enseñarlos a hacer un oficio antes de entrenarlos en odio y venganza por dios tengan misericordia se los dice alguien que ha sido secuestrada tambien se lo q es q te roben y creo q lo mejor es la enseñanza de un oficio si no nunca vamos a cambiar…….dios tenga misericordia y nos enseñe a perdonar…

DERECHOS HUMANOS Y CÁRCELES EN VENEZUELA

                                                                                                                      El derecho es libertad enmarcada en el
                                                                                                                      ámbito constitucional.
                                                                                                                                                           Giovanni Zucchini

                                                              Son muchos los males de las cárceles venezolanas, pero seguramente el peor de todos, que es al mismo tiempo la causa de todos los horrores, es el hacinamiento. La infraestructura es para doce mil reclusos y alberga cerca de treinta mil; no hay condiciones mínimas decentes y todos los recintos están abarrotados. . Según la Dirección General de Rehabilitación y Custodia del Recluso, la sobre población carcelaria ha excedido entre un treinta y cinco y un cuarenta y cinco por ciento la capacidad de los centros penitenciarios en los últimos doce años.

                                                                En las prisiones hay espacio para la enfermería, pero ocasionalmente los médicos o los enfermeros no van. Además, las trabas que imponen los líderes en esos territorios a algunos internos, impide un adecuado manejo de los planes de salud. En un informe de 2006, se advertía que la sobrepoblación aumentaba la incidencia de enfermedades de la piel, como dermatitis y escabiosis; padecimientos digestivos como resultado de la exposición a aguas servidas y las malas condiciones de manipulación de alimentos, así como afecciones respiratorias y de transmisión sexual, que suelen ser más frecuentes en los reclusos que en el resto de la población.

                                                                 Muchos presos han denunciado torturas infringidas por funcionarios de los centros penitenciarios. Los métodos utilizados: golpes, quemaduras realizadas con hornillas de cocinas eléctricas, descargas eléctricas en los genitales, así como la respectiva tortura psicológica que va desde el insulto hasta las amenazas. La cultura del más fuerte en las cárceles se mantiene, es así como los presos más viejos, enfermos o débiles, se ven sometidos a trabajar para otros presos, duermen en el piso, no comen, son maltratados, golpeados, se les quitan sus pocas pertenencias y en el peor de los casos son violados, además de someterlos casi como esclavos.

                                                                   Muchas de las infraestructuras de las prisiones se encuentra en estado de abandono, es así como en muchos recintos los presos no tienen siquiera baños, viéndose obligados a defecar en bolsas o latas, que luego son arrojadas por las rejas del recinto. En muchas celdas es latente el peligro de que existan cortos circuitos, por las grandes cantidades de conexiones realizadas por los presos. De igual forma las cocinas son completamente antihigiénicas y la corrupción galopante; se compran grandes cantidades de comida ya elaborada que son almacenadas sin ningún tipo de cuidado y finalmente los presos reciben comida en estado de descomposición. Es así que esta mala o nula alimentación y las condiciones del recinto, llevan a los presos a tener una salud precaria.

                                                                     Los reos tienen libertad para practicar su religión. De hecho hay una serie de organizaciones que se dedican a ofrecer orientación espiritual y ayuda humanitaria a los reos. La mayoría de los centros penitenciarios tienen al menos una capilla, pero sin duda el cristianismo evangélico tiene un papel importante en los penales, siendo los únicos que trabajan para la recuperación de un preso.

                                                                      La no clasificación de los reos de acuerdo a su peligrosidad, es también factor principal de violencia. También el sistema de administración de justicia es partícipe de la actual situación, ya que más de la mitad de los presos no tiene condena, mientras que apenas un treinta y cinco por ciento ya fueron sometodos a juicio. Al tráfico de armas se puede achacar el clima actual, se podría calificarlo de "guerra civil". Se prácticaron doscientas ochentas requisas en 2009, en las que se decomisaron cinco mil doscientas armas (hasta una submetralladora): ¿Cómo ingresó todo esto? Si a los familiares los someten a unas revisiones denigrantes, ¿cómo entró esto? ¿Quienes son los únicos que pueden entrar a las cárceles sin que los revisen?

                                                                         De esta manera, las cárceles venezolanas han llegado a ser infrahumanas y lejos de constituir centro eficientes de reclusión en los que pudiera hacerse algo por rehabilitar y reeducar a los reclusos, se han convertidos en espantosas acumulaciones de miseria, de maltrato, de dolor y de abandono, en las que no hay ninguna posibilidad de rehabilitación para el criminal y en las que se violan continuamente todos los más fundamentales derechos humanos, que nuestra civilización ha proclamado tan inútilmente.

                                                                            Lo descrito líneas arriba, apenas es un panorama de lo terrible que son las cárceles en nuestro país. Estos recintos son el síntoma de una sociedad enferma, síntoma de una sociedad autoritaria e individualista, que olvidó sus orígenes colectivos. La sociedad occidental se ha concebido sobre conceptos abstractos, como el de la propiedad, el dinero y el lujo. Acá son encarcelados muchos jóvenes por robar, ya no sólo por comida, sino por querer estar a la moda; la mayoría de los delitos tienen sus orígenes en esa necesidad de estar según los lineamientos de la cultura hegemónica, de la economía global que ha hecho del ciudadano un consumidor. Los responsables reales de gran parte de los delitos que se han cometidos, los pueden encontrar en esas grandes industrias transnacionales, en esos hombres invisibles que imponen un sistema de vida donde el dinero y la propiedad son los factores determinantes para considerar a una persona "alguien".

                                                                              Las cárceles sólo sirven para proteger los intereses de los que ostentan el poder. El poder genera injusticia; la injusticia y la desigualdad generan prisiones. Es un círculo vicioso. La lógica del "castigo ejemplar" no funciona. La degradación del ser humano repica sin cesar en cada barrote de la prisión. Finalmente, como el preso es una persona politicamente insignificante, la población penitenciaria está destinada al olvido de los políticos y de los "grupos  de interés".


Trabajo de "Derechos Humanos" con la profesora Ángela María Arango VII semestre de Estudios Jurídicos Aldea Universitaria Ramón Ignacio Guerra Aula 20 revisado el día 11/05/10, Giovanni.

No hay comentarios:

Publicar un comentario